viernes, 20 de noviembre de 2009

Brillará en otro O (campos)

Tengo un dejo de dolor por la partida de Lucas Ocampos, tiene que ver con momentos seguramente. Pero esta venta me ha frustrado un poco más, y quizá no he tomado el mismo análisis en otro tiempo, aunque es necesario el descargo y la defensa de quienes amamos la institución a la que defendemos con nuestra garganta y nuestro corazón. No puedo tolerar escuchar decir que es una venta record en el club de un juvenil que no ha debutado en Primera. Tiene 15 años, una porción de su habilidad vale menos que otra porción mucho menor; en términos de plata se reduce a que el 75 por ciento cuesta 170 mil dólares, y la opción petrolera de sus virtudes reducidas en un 10 por ciento asciende a 100 mil dólares. Seguirá en River Plate, club bastardeado económicamente en los seis años de gestión Aguilar. Pablo Sabag, representante de esa joya emigrante, hijo de Máximo Sabag, dirigente con ascendencia en el club de Núñez, puso el dinero de representación, sí, compró su representación y se lo llevará. De hecho se había asegurado el ok de los padres abonándole los pasajes a Bolivia para que asistan al Sudamericano Sub 15 que se jugó hace un par de días. Un excelente negocio hoy, dentro de un club que está dentro de las famosas economías emergentes, que para subsistir debe vender el patrimonio por un precio ínfimamente inferior de lo que el potencial Ocampos podría valer en un par de años en la gramilla del Centenario. Pero no, la cadena se corta mucho antes. Y no hay salida que nos permitan oxigeno, porque tampoco se negocia por otro lado, porque los hoy goleadores de Quilmes; Carrasco y Lentini, tienen fecha de salida en junio de 2010, sin opción, sin ingreso por vidriera, siendo elementos de cotización para un Estudiantes acomodado estructuralmente desde la economía y el fútbol. Y la rueda sigue, nunca se corta. Y Quilmes subsiste, nunca respira.
*Lucas Ocampos junto a Julian Sarasibar y Federico Loray. Que los últimos dos puedan debutar en Quilmes, ese es el deseo.

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