lunes, 24 de agosto de 2009

Nos secuestraron los goles


Después de las barbaridades que se han escuchado en la semana, con una persona que comanda los hilos (por lo de monigotes) de un país, bien vale tomar la frase para trazar una analogía con el magro presente –virgen presente- del punch de Quilmes. Señora Cristina cuánto sabe de fútbol, que falta de tacto a la hora de entrar en comparaciones que como mínimo son ofensivas. Cierto, cierto, Hebe y Estela operan oficialmente y se escudan en el “siempre me llaman para generar polémicas” y un “no fue tan así el sentido de la frase”, en ese orden. Que falta de memoria, eso sí que duele señoras. Necesitaba descargarlo…

Nos secuestraron los goles
Quilmes está sumido en un inconsciente colectivo que es inconducente en pos de buscar la victoria. José María Bianco no ha logrado proporcionarle al equipo esa dosis de nafta súper, va a gas. Lo cual no tiene que ver con velocidad, sino con sacarlo de la modorra, dormir al rival es la cuestión. El gas no te genera vértigo, la nafta exhala adrenalina. Quilmes carece de eso. No tiene que ver con el dibujo sino con las estocadas, pocas y confusas. Se pierden los lanzadores, a veces son bochas cortas, besando el césped, hay otro tanto de bochazos, pocas sociedades, de ningún tipo y factor. Y es sintomático porque se plantea un dibujo determinado y elaborado por Bianco que es el de cuatro en el fondo, dos volantes con tareas de contención y juego, dos carrileros que nunca juegan a manual y dos puntas peleando con los socios del desierto. Y no se congenia en ese desorden. Pero el dibujo parece admitir otra lectura con la frescura de López, tímido por momentos pero con más voluntad que los otros dadores de fútbol. Pero el síntoma hizo mella. Narvay no patea al arco, Carrasco mete un taco deluxe y uno se para al grito de “viste eso, este algo tiene”. Solo ese taco, al menos este partido. Lentini y Gutierres pierden en la maraña en la que te envuelve un Boca UNIDOS… Muchachos, nos empataron el partido desde el arranque. Equipo-cooperativo tras la temprana expulsión de Gutman. Quilmes perdió en su anarquía y lo que era con cuatro, terminó en tres, lo que eran cuatro en el medio fueron tres y medio y otro tanto en ataque. Mismo resultado, mismo mar de preguntas (dudas). Sólido en el fondo, con el libro recontra leído. Claro en los volantes de contención y juego. Por un lado Guzmán, de características brañisticas, líder, juega de la misma forma en el potrero que en la final de la champions y Cerro que tiene 100 partidos en Primera juega de esa manera. Con la experiencia de un tipo que avala con sus 21 años los 100 encuentros en la Primera de Quilmes. Ah no, solo cumplió labores en 17 minutos. Pasta de crack, tranquilidad zen para ser dueño. Cuenta pendiente; los dos laterales externos de creación y verticalidad y los dos puntas. Cada uno con su música.

Nos secuestraron los goles
El debut fue en cero, claro, como en la mayoría de los amistosos. Difícil entrarle a Quilmes, pero más complicado aún inflar la red. Será misión del coach dotar de confianza a un delantero, a uno, y decirle tomá flaco, hacete cargo que sos el 9 de Quilmes. Que alguien asuma la responsabilidad de la cosa, porque pulular en la decisión de quien poner terminará meando más afuera del tarro que nuestra presidente. Será difícil equiparar a Cris, pero cuando Videla explicaba que “no están ni vivos ni muertos, son desaparecidos” nos pareció una atrocidad, nos deja como enseñanza de que siempre se puede estar peor y siempre se puede ser más burdo que aquellos que cometieron la atrocidad más lacerante en la Argentina; secuestrar, torturar, matar y no permitirle al ser humano expresarse según su manera. Lastima que algunos no lo sepan aprovechar. Los goles llegarán, en todo caso, como mucho, se errarán.

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