domingo, 1 de noviembre de 2009

Las segundas partes son buenas


El tesoro que no ves, la inocencia que no ves, los milagros que van a estar de tu lado CUANDO COMIENCES A CREER…

“Más allá de las cosas que se dicen, los únicos que les ganamos a Unión y San Martín de San Juan fuimos nosotros” (dixit Bianco post partido en el Nacional de sábado 31 de octubre)
*Cuáles serán las cosas que se dicen, cuáles serán los fantasmas que ve Bianco, a quién o quiénes se refirió. Incomprobable y de difícil comprobación empírica sus dichos. No así el final de la frase: 6 de seis cada vez que un puntero pisó el Centenario.

“Cuando nos animamos, lo ganamos”. Facundo Sava.

“No se puede jugar tan mal como en el primer tiempo” Ribonetto tras la victoria frente a Unión.

Prácticamente Quilmes atraviesa el 33 por ciento del campeonato, la primera docena de encuentros con 20 puntos, a cuatro de la punta, del nuevamente puntero, San Martín de San Juan, a quien el Cervecero venció en su estadio.

Bipolaridad, Ataques de Pánico, enfermedades modernas que van de la mano de una nueva sociedad consumista que necesita lo distinto, cuasi revolucionario. Casi no participas de la media que sufre lo que antes denominábamos julepe o loco lindo (un día está contento y al toque de mal humor). Síndromes de este Quilmes, de primeros tiempos, de complementos. De eso se habla en el café del fútbol, en el cual todos sabemos mas que el otro, al que ni por puta escuchamos que es lo que dice, solo queremos que se oiga lo nuestro.

El debut con Boca Unidos de Corrientes, la Cenicienta de la categoría, tuvo la rúbrica de Bianco, se vio parte del team que intentó perfeccionar el coach durante la extensa pretemporada. Una marca registrada que no funcionó con Plante y Olivares por las bandas. Con Leopoldo Gutiérrez sumando sus primeros minutos. Sabor a nada.

Con Deportivo Merlo, otro recientemente ascendido, comenzó a escribirse una historia de puntos con sabor a individualidades (golazo de tiro libre de Di Gregorio), poco juego asociado y un 4-4-2 que no gustaba. En el segundo tiempo, con un campo de juego de plaza abandonada, Bianco dibujó un 3-4-1-2 con Matías Córdoba tomando las riendas del equipo, algo que no había logrado Miguel López como volante por derecha en el inicio del partido.

Frente a Aldosivi, la máxima expresión de fútbol en 70 minutos, Quilmes comenzó a aferrarse a una chapa de líder escoltada en la sensatez y en el equilibrio de los fondistas. Un espejismo llegó a decir Bianco un tiempo más tarde. Ese Quilmes vistió de 3-4-1-2 con sorpresas porque a pesar de su gol, el Tano no formó parte del equipo y Chaucha mantuvo a Miguel López como enlace no como volante externo.
Siete de nueve validaban la calculadora, pero con nuevo partido en el Centenario, esta vez frente a Gimnasia de Jujuy, la ecuación comenzaría a cerrar lógica con diez de doce. Mismo esquema distinto resultado. El equipo no funcionó, en parte, por la valía de un equipo experimentado como el de Arzubialde. El empate en cero terminó siendo justo.

Tres de cinco no es una sumatoria de puntos sino de volantes para enfrentar a Rafaela. Un 3-1-4-2 con Sava y Carrasco de puntas, solitarios. Así y todo, con poco agrado popular aunque al menos para quien escribe, un par de llegadas de piernas frente a manos podrían haber ayudado al Chaucha. El primer cimbronazo con la gente; al hincha no le pareció correcta la ubicación del trío guzmán-mesa-cerro. El ingreso de Miguel López en el complemento trocó el esquema al ya clásico 3-4-1-2-. Un refresh para los delanteros, pero llegó con demora el tren. Gigli se había subido una estación antes. Primera derrota en el torneo.

Shampoo. No el boliche de faldas cortas y mujeres rápidas, sino el de la cabeza. Bianco comenzó a perfeccionar sus dibujos en el segundo tiempo. Había como una inyeccion de adrenalina y un cambio de actitud evidente. Por eso bajó al puntero Sanjuanino. Mantuvo el 3-4-1-2 y fue punzante con Lentini (Sava engripado no jugó), quien de no ser considerado saltó directamente a la titularidad ¿para no dejarla nunca mas? Gol de goleador, con olfato: Cerro-López-Lentini. La boca llena de gol para sumar nuevamente de a tres. 1-0 y a cobrar.

El viaje entresemana a Bahía Blanca se mostró como una de las paradas más difíciles de Bianco. Cancha chica, con Delorte “jugando en el patio de su casa”, en un recinto que más allá del 3-0 del torneo pasado, siempre se mostró complicado. 3-4-1-2 con el madrugador gol de Lentini-Mosset-Tombolini a los 11 segundos. Horrible inicio de partido. Con un gol a favor desde el vamos, los de Bianco no pudieron capitalizar eso como algo positivo, todo lo contrario, fue presión. En el complemento y tras el empate sobre el final de la primera etapa, Quilmes cambió para cambiar. Otra actitud, otra cara, Lentini taco y asistencia para Carrasco. Ya era la tercera foto del ex Pincha en dos partidos. El 2-1 era justo, Quilmes había demostrado que lograba en el complemento aquello que no podía plasmar desde el arranque. La expulsión de Cerro terminó arrinconando a Quilmes y el bombazo de Rolle fue la daga dolorosa de un 2-2 con sabor a poco.

Los problemas internos, algunas discusiones entre jugadores y cuerpo técnico, la intromisión de la comisión de fútbol, los ida y vuelta radiales entre dirigentes y jugadores convulsionaron a un equipo que no levantaba cabeza, pero que se había armado para pelear arriba. Así llegó All Boys a la cancha de Quilmes, con la renuncia de Romero, su entrenador, en un sobre de papel madera. En el Sur todo era tranquilidad a raíz de una semana de cuatro sobre seis en dos partidos con sabor a chivo. La fisonomía era la misma, aunque con Corvalán jugando como stopper por izquierda. La apuesta no salió, y Quilmes pagó el juego de papi fútbol de un criticado Chino Zárate. Fue la imagen más deslucida del Cervecero, sin pasajes de fútbol con una anarquía que le sacó chapa a la inteligencia. Lentini vio los 90 minutos desde el banco. Primera decisión errónea de Bianco. El más influyente en los últimos 180 no formaba parte del equipo. Le renovaron el crédito a Sava tras dos ausencias. Obediencia debida…

Ante Italiano se sumó de a tres con otro gesto individual. Un equipo timorato, que no la pasó mal pero que deambuló por la cancha. Solo un bombazo de 30 metros de Diego Cardozo rompió el letargo. Quilmes se trajo demasiado de Ezeiza. Bianco dio lugar al 4-4-2 para ponerse la remera blanca, la que combina con todo. Había que volver a la victoria para redireccionar y siempre tras una derrota hay que sumar, aunque entendiendo ciertos puntos. La lesión de Corvalán le abría un lugar a Di Gregorio.

Bianco entendió que el mejor planteo era ser precavido ante el 4-4-1-1 de Boneto. Instituto, con un esquema que parecía conservador, soltó todas las naves en ofensiva. Con Román Díaz al poder escoltado por Zarate Zapata Rosales. El quilombo que armó el zurdo en 20 metros fue tal que pagó los dos goles el Di Gregorio que al segundo tiempo no salió. Lo ganaron Lentini y Tripodi. De una punta a la otra. Uno para evitar, el otro para inflar la red. Cabezazo al gol tras centro del Tano e infracción en el área para que Ribonetto traduzca en gol. En el complemento Bianco volvió al 3-4-1-2 con una imagen más alentadora de Quilmes. El empate terminó siendo más que justo, en parte, por los horrores del juez Alejandro.SA.

Clásico empate, un tiempo para cada uno. Nuevamente los segundos tiempos revalidaron la fórmula de Quilmes, una nueva acción individual propinó el empate. Este vez fue Mesa Sánchez, quien jugó en el lugar de Gúzman, otrora, indiscutido para Bianco. Pudo ganarlo Quilmes, pero no supo cómo. Pudo perderlo, pero a Defensa le pesó la chapa de candidato. Un nuevo 4-4-2 forzado, con pocas ideas. Una nueva el rival llevó a Quilmes a jugar el partido más cómodo. A esta altura es sintomático el hecho de acordarse 45 minutos después cómo y a qué jugar.

Lo de Unión fue la bisagra más importante del Cervecero y de Bianco en este primera docena de partidos. La gente no se termina de enganchar con el equipo y la falta de autocrítica de los players y el entrenador terminan incomodando al hincha. El 4-4-2 terminó siendo el resultante de todo aquello que el cervecero puede mostrar como malo, como efecto nocivo. No sirve, no suma, es un complejo de inferioridad. Bianco parece no entender el mensaje de lo que significa Quilmes para los rivales. Un única jugada de gol en 45 minutos que da un promedio de… Claro. Convicción se le pide al entrenador, aquella que había encontrado. Lo que se tradujo en un 3-4-3 vertiginoso, opresivo, ofensivo, que lastima. Así Quilmes pasó por arriba a un timorato Unión, que no supo chapear la punta. Padeció los males de Quilmes. Los que ya conté. Ojo Bianco que en esta ruleta le dio pleno al Colorado el 18, pero si no acierta ni arriesga, puede ser bancarrota.

“El problema es que en los primeros tiempos no metemos goles. Hoy pegó una en el palo y hubo otras. Después nos convirtieron de pelota parada y hay que remar de atrás. Lo que no se puede negar a este equipo es la entrega y la garra, porque siempre que fue abajo, se levanto”

“La ansiedad de la gente no es buena para el equipo”. El gol de Carrasco para el transitorio 1-1 llegó tras 80 minutos. ¿Qué quiso decir Bianco con esto?

“Me voy conforme, porque cuando uno enfrenta a estos rivales y las cosas no salen a lo mejor uno se desespera y lo termina perdiendo. Intentamos buscar el triunfo y no nos desesperamos y en llegadas estuvimos muy parejos".Estos partidos sirven para saber dónde uno está parado como equipo, saber cómo reacciona en los momentos difíciles y creo que lo hizo bien, tras el empate en cero ante Gimnasia de Jujuy.

“En el segundo tiempo creo que lo corregimos con los tres en el fondo y emparejamos mucho más la mitad de la cancha”, justificó el empate en Bahía. Tuvo el primer indicio de cómo debían jugar sus equipos. Y le agregó “nosotros en el primer tiempo no jugamos bien y Olimpo nos manejó la pelota. Por eso digo que en el segundo tiempo la historia cambió y eso fue gracias a que nosotros salimos decididos a jugar más arriba".

“La idea era atacarlos por todos lados. La gente puede manifestar su disconformismo pero Quilmes jugó con enganche, con dos puntas, con tres en el fondo e hicimos todo lo posible para ganar. No comparto que digan que el equipo no salió a ganar, salimos a ganar desde el dibujo táctico y desde los jugadores que hubo en cancha. Después sí estuvimos desprolijos, podemos coincidir, pero en situaciones tuvimos más nosotros que ellos",
¿Qué se le puede achacar al equipo? Si corrió y metió todo el partido, intentó y desbordamos por izquierda no menos de diez veces y por el lado de Seri también lo hicimos. Todos juegan con la ansiedad de Quilmes y a veces la gente se la traslada a los jugadores”, fueron las desafortunadas frases explicándole al hincha cómo debía pensar tras la derrota de local ante All Boys.

Y nuevamente el regreso a las fuentes que le dieron resultado: “Nos faltó solidez, el equipo fue largo en el primer tiempo pero en el segundo tiempo cuando ellos jugaron con línea de tres se emparejó”.

Hoy cuanta gente, hoy desconfía de vos… Igual que ayer no estoy, igual que ayer me voy, soñando, esperando un milagro de vos…

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